miércoles, 3 de junio de 2009

CUENTO "EL DÍA DE LAS MENTIRAS"


Este es otra historia de Geovanys García Vistorte, escritor cubano que colabora con nosostros:
"...Se comenta una y otra vez que el Día de las Mentiras sucedió cuando en una mañana cada persona se animó a decir y escuchar mentiras sin importar que estas fueran grandes o pequeñas.
Todo el mundo andaba muy contento diciendo mentiras por la calle. Y lo peor era que cualquiera creía un cuento de camino, de esos que se inventan por ahí.
—¿Te enteraste?, los niños no saben pensar
—¿Oíste eso?, comer es dañino y no te deja crecer.
—¿Vieron?, las ranas sí se comen a las personas.
Y como mismo dos y dos son cuatro, las equispersonas* se aprovecharon para hacer de las suyas. Empezaron a gritar a los cuatro vientos que no valía la pena cuidar nada, ni aprender, porque se había descubierto que la pirofláutica aportaba salud y bienestar eternos. ¿Y qué decir de pensar? La mente dura más mientras menos se usa. No pensar era la moda, y si se pensaba, que fuera en alguna bobería como los colores de los fantasmas rumberos o el punto de almíbar de las pesadillas buenas.
Confiadas por las novedosas y científicas ideas de las equispersonas, las personas de verdad botaron sus ideas al río más cercano y asunto concluido.
El mundo se volvió un desorden del tamaño del mundo mismo. Y la inteligencia de los seres humanos se convirtió en recuerdo, polvo y cenizas. Entonces se aprovecharon oportunamente las cucarachas, bichas al fin, y en un dos por tres se apoderaron de todas las casas y los caminos. Al momento se publicó hasta en el ya famoso periódico Mentirosón que las personas iban a ser ahora las cucarachas y que por supuesto las cucarachas quedarían como las nuevas personas. En verdad serían cucarapersonas porque en la espalda llevaban sus dos alas sucias y en la cabeza sus dos antenas requetesucias.
Y en menos de lo que se reía una mosca, las personas se pusieron a llorar desconsoladamente. Pero más lloraban las equispersonas pues se percataron que de nada servía hacer daño porque tras un mal venía una tragedia, y tras una tragedia una desgracia y así hasta no tener palabras qué decir por el llanto.
El mar, nacido de las lágrimas, comenzó a crecer y a crecer hasta volverse un océano, y ni una sola cucarapersona (las cucarachas de antes) vino a dar una palabra de consuelo. Hasta el gato de bigotes cortos se dio cuenta de que semejantes bichos eran los seres más individualistas, egoístas y acaparadores del mundo. Sin olvidar que no se bañaban ni una sola vez en el año, robaban a las dos manos y no sabían reírse.
Por eso las cucarapersonas comenzaron a derribar las casas para fabricar montones de basuras de tres y cuatro pisos. Los edificios de latas vacías, con ventanas de papeles viejos y piso de estiércol se pusieron de moda. Y las que tenían un montón de recovecos para amontonar mugre en sus rincones costaban una fortuna.
Desapareció para siempre la frase de que el hombre era el animal más desarrollado de la tierra. Y se inventó la fiesta de los sucios, donde siempre serían invitadas las ratas y las moscas. ¡Se acabaron los seres humanos! ¡Adiós la limpieza y el orden! ¡Ji, ji, ji!
El mundo se puso blandito, se quedó sin porqués, ni por cuántos; se quedó sin brisa, sin colores, sin cascadas...

Y se descubre entonces que estamos en el Día de las Mentiras y lo anterior es un cuento en el peor sentido de la palabra y mucha gente se seca los ojos, aguados por el llanto (sobre todo los que le tienen asco a las cucarachas), y otros se ríen porque sabían, por suerte, que nada era verdad.

* Equispersonas: Personas que llevan una equis (x) dentro de sus cabezas que les lastima las ideas. Las equispersonas son agrias, aburridas, mentirosas y oportunistas..."


Mucho cuidado para no encontrarnos con estos personajes y las Equispersonas, pueden contagiarnos.

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